El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió ayer a crear de manera "inmediata" el registro de pederastas al que el Congreso de los Diputados ya dio el visto bueno antes del verano con la presencia en el hemiciclo del padre de Mari Luz, Juan José Cortés. La base de datos será compartida por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y la Guardia Civil, y es probable que los Mossos d´Esquadra y la Ertzaintza puedan realizar consultas a petición, aunque no se descarta que tengan acceso directo a la misma teniendo en cuenta que deberían ser los suministradores de la información que se genera en los dos territorios que controlan, Cataluña y País Vasco. Falta por definir si las policías locales pueden consultar y cuándo y cómo lo harán los diferentes estamentos de la judicatura.

Lo que sí está completamente descartado, de momento, es la petición que en su día hizo Cortés de que el registro pudiera ser consultado por cualquier ciudadano. O, como mínimo, poder formular una petición muy concreta, como por ejemplo consultar sobre la identidad de una persona que opta a un trabajo con menores de edad. Los únicos que lo consultarán serán policías, jueces y fiscales, y de lo que se trata es de intentar unificar toda la información policial y judicial de cada uno de estos pederastas sin que, como pasa ahora, cada juzgado o cada comisaría tenga sus propios datos.

DESCOORDINACION Aunque a la gente le cueste de creer, en estos momentos, un juez de Barcelona, por citar una ciudad, no tiene la posibilidad de teclear el nombre de una persona en un ordenador y saber sus antecedentes policiales, judiciales o cuentas pendientes con la justicia. Eso motiva que, en ocasiones, se deje en libertad provisional a detenidos con antecedentes por los mismos hechos.

El caso de Mari Luz, con otros elementos que complicaron aún más la situación, fue un exponente clarísimo de esa descoordinación entre organismos.

Lo que sí existe ahora son los ficheros propios --y de exclusivo uso interno-- que tienen los grupos policiales dedicados a la persecución de pederastas, a los que echan mano cuando se produce alguna agresión sexual de estas características. En algún momento se ha planteado la posible ilegalidad de estas listas, pero estas se han mostrado como una herramienta eficaz y necesaria para un investigador policial.

Cada vez que hay una agresión sexual a un menor, la policía tira de su archivo con fotografías y lo muestra a la víctima. Mientras, otros agentes consultan a instituciones penitenciarias qué presos condenados por estas prácticas gozaban de permiso o acababan de cumplir condena por las mismas fechas.