Luis Jorge Obando es colombiano, tiene 57 años y estos días se le puede ver viajar en bicicleta por las carreteras extremeñas. No lo hace por deporte, ni por batir un récord sino como parte de una travesía que le llevará a recorrer España por una causa: "Pedir la paz de Colombia y la liberación de los secuestrados".

Aunque vive en Bogotá con su mujer y dos gemelos de 15 años --de los que habla con cariño-- decidió abandonar por un tiempo a su familia y viajar a Madrid. De allí salió el 8 de junio con el objetivo de recorrer el país y regresar a la capital el 20 de julio, coincidiendo con el día de la independencia de Colombia, en que será recibido por el embajador de su país en España. El viernes recaló en Plasencia con su bicicleta y un pequeño remolque en el que lleva lo justo para seguir la marcha: ropa para cambiarse, utensilios de aseo y mucho líquido para no deshidratarse. Ayer llegó a Cáceres y mañana saldrá rumbo a Badajoz para continuar su viaje.

Luis Jorge está desempleado, pero cuenta que trabajó durante muchos años en Venezuela y cobra una pensión, por lo que no ha iniciado esta travesía con las manos vacías. Eso sí, explica que cada vez que llega a una ciudad "lo que hago es buscar un hostal económico para pasar la noche y también buscar a mis paisanos y, además he recibido ayuda de gente que me conoce, que me ha visto por televisión y ve bien lo que hago".

La decisión de realizar el que ya es su sexto recorrido por el mundo la tomó tras un trágico suceso relacionado con la guerrilla colombiana: "En el año 1996 fue asesinado un primo mío que era piloto de la fuerza aérea colombiana y su helicóptero fue derribado por la guerrilla, desde entonces llevo haciendo travesías para pedir la paz en mi país".

El primero de estos viajes lo hizo un año más tarde, en 1997, entre Bogotá y Nueva York, pero en este caso no fue en bicicleta sino corriendo porque Luis Jorge es maratonista. Después, en 1999, dio la vuelta a EEUU en bicicleta y en este medio de transporte hizo también un recorrido de 190 días entre EEUU y Méjico, en el año 2001. Más tarde, hizo otra travesía de Colombia a Miami y hace dos años viajó desde Madrid hasta Munich, donde recaló coincidiendo con el mundial de fútbol de Alemania.

Aunque está muy lejos de su país y de su familia, sabe que su mujer y sus hijos están con él y le apoyan en su causa y eso le da fuerzas para continuar: "Ellos están contentos, es un orgullo para ellos", señala emocionado. Pero no solo para sus allegados, también cuenta con satisfacción que quien le reconoce en las ciudades por las que ha pasado y sus paisanos colombianos le alaban y animan a seguir pedaleando: "Me llaman el Berraco, que es una palabra que se utiliza en Colombia para definir a una persona valiente, osada", explica con orgullo. Buen viaje .