Las autoridades de Rumanía han decidido separar a dos menores gitanos, de 12 y 15 años, recién casados, hasta que cumplan la edad legal para contraer matrimonio. Este caso ha generado tal controversia que hasta ha intervenido la Comisión Europea. Ana María Cioaba, de 12 años, y Mihai Birita, de 15, se casaron el pasado 27 de septiembre en Sibiu (centro de Rumanía), en una ceremonia oficiada por el propio padre de la novia, Florin Cioaba, que se autodenomina rey de los gitanos.

Emma Nicholson, eurodiputada y observadora de la Unión Europea en Rumanía, calificó la boda de "violación de una menor" y pidió que la niña fuese separada de su esposo y protegida por las autoridades. También intervino en el caso la comisaria europea de Asuntos Sociales, Anna Diamantopulu, quien afirmó que ciertas tradiciones deben "adaptarse", cuando chocan con derechos fundamentales.

El padre de la novia pidió en una televisión rumana que se respetaran las tradiciones de los gitanos, entre las que se cuentan los matrimonios tempranos. Florin Cioaba admitió que las tradiciones de su pueblo pueden cambiar, "pero no con la policía y la Fiscalía en la puerta", declaró.

Tras toda esta controversia, la Dirección para los Derechos y la Protección del Niño de Sibiu determinó ayer que los dos menores vivan separados y cese toda su relación conyugal hasta que ella cumpla los 16 años y él, los 18.