El desarrollo emocional y psicológico de los niños españoles está en riesgo porque la mitad de la población infantil de este país come mal y cerca del 90 por ciento presenta un índice de actividad física muy bajo. Así lo demuestra un estudio realizado por pediatras de Atención Primaria entre más de cuatrocientos pacientes de entre cuatro y catorce años, en el que, por primera vez, se han constatado deficiencias psicológicas asociadas a los malos hábitos nutricionales.

Entre los que sufren sobrepeso y obesidad -un 16 por ciento- se ha observado una correlación del doble de casos de alteraciones psicológicas, tales como ansiedad y depresión, con el consiguiente peligro de padecer trastornos de conducta alimentaria como la bulimia y la anorexia.

El doctor Lluís Serra, uno de los autores del análisis y director del Centro de Investigación en Nutrición Comunitaria del Parque Científico de la Universidad de Barcelona, ha destacado que esta tendencia se ha detectado en el 20 por ciento de los niños con sobrepeso frente a entre un 10 y un 12 por ciento de los que tienen un índice apropiado de masa corporal.

Los datos del test nutricional aplicado en el informe reflejan que los pequeños con problemas de peso tienen una puntuación más baja y presentan ciertas anomalías en el análisis psicológico, donde se evalúa motricidad, desarrollo cognitivo y lingüístico, junto con las relaciones sociales y afectivas.