El Ministerio de Sanidad no dispone de medios ni fondos económicos suficientes para afrontar por sí solo, como tenía previsto, un estudio antropométrico de la población masculina. El proyecto es similar al realizado con mujeres, cuyos resultados se hicieron públicos en febrero. Para acometerlo "lo antes posible", el departamento que dirige Bernat Soria está tratando de contar con la ayuda de los ministerios de Defensa, Fomento y Ciencia e Innovación. Los tres están dirigidos por mujeres.

El Instituto Nacional de Consumo (INC) --dependiente de Sanidad-- estima que los resultados obtenidos, además de facilitar la confección de ropa más ajustada al perfil físico, tienen aplicaciones válidas para los ministerios de Carmen Chacón, Magdalena Alvarez y Cristina Garmendia. Por ejemplo, a la hora de diseñar asientos en transporte público, vehículos y aulas.

En tiempos de crisis, el coste del estudio de las féminas --1,5 millones de euros-- es una razón de peso para frenar la iniciativa masculina. Pero, sobre todo, el INC se ve abrumado ante el hecho de emprender en solitario la tarea de repetir en hombres algo tan aparentemente sencillo como fue ajustar las tallas de las mujeres españolas. En realidad, se trató de algo muy complejo.

El estudio femenino requirió estudiar a 10.415 ciudadanas de 12 a 70 años en 59 ciudades españolas. Los técnicos realizaron un total de 130 medidas diferentes de casi 40 puntos corporales.

TRES TIPOS FEMENINOS Por primera vez, el estudio estableció tres tipos de morfología para el cuerpo femenino, que Sanidad denominó cilindro, diábolo y campana. En el primero, mayoritario en la infancia y adolescencia, los perímetros de pecho, cintura y caderas son iguales. El segundo, propio de adultas, pecho y caderas son anchas y la cintura estrecha. Mientras, en el campana, frecuente entre las de más edad, los contornos de pecho y cintura se igualan y la cadera se ensancha.

¿Cómo es la mujer española? El trabajo da una fotografía lejana del 90-60-90 de las modelos y se aproxima al 88,1-81,7-99,5. Es decir, tirando a cilindro. La española todavía estaría más lejos de las pasarelas si se tiene en cuenta la estatura (1,59 metros) y el peso (57,6 kilos), que arroja un índice de masa corporal que se traduce en un ligero sobrepeso.