El segundo encierro de los Sanfermines 2004, con la ganadería gaditana de Cebada Gago, ha resultado rápido aunque peligroso, ya que la manada ha corrido disgregada durante gran parte del trayecto, que se ha completado en dos minutos y medio.Ninguno de los corredores que, en mayor número que ayer, han participado en el encierro ha resultado alcanzado por las astas de estos toros aunque varios han tenido que ser atendidos de diversos golpes y traumatismos. Cuatro corredores han sido trasladados a los hospitales de Pamplona.De esta forma, los cebadagago han roto con una mala fama creada por ser la ganadería que ha ocasionado hasta ahora la mitad de los corneados en los encierros, según las estadísticas.Dividida la manadaLa manada ha partido a las ocho de los corrales de Santo Domingo, compacta y encabezada por los cabestros aunque en unos segundos tres toros han cogido la cabeza del grupo, que, al igual que el contacto con los mozos, ha culminado este trayecto de manera limpia.A la plaza del Ayuntamiento, la manada ha llegado disgregada y sin prestar atención a los mozos aunque en una veloz carrera, que ha ocasionado algunas caídas.Un toro castaño ha quedado algo rezagado y ha aportado peligrosidad a la carrera, que ha proseguido por la calle Mercaderes, donde primero dos de los bureles han resbalado y han caído al suelo y poco después uno de ellos se ha vuelto en redondo aunque los mozos han conseguido reconducirlo de nuevo sin problemas.En la curva de Estafeta, como es habitual, los astados han chocado contra el vallado y han quedado tendidos en el pavimento, lo que ha roto la manada ya de forma definitiva y ha despistado a uno de los animales, que ha hecho amago de retroceder.Vistosas carrerasPor el resto de la calle Estafeta el encierro se ha corrido con tres toros y los mansos en cabeza y el resto de sus hermanos separados, dejando huecos para que los mozos se acercaran a las astas y protagonizaran vistosas carreras.De esta forma continuaron por el tramo de Telefónica, donde un toro ha derrotado contra el vallado, lo que ha ocasionado algunas caídas, y por el callejón de acceso a la plaza, a la que han entrado abriéndose hacia el burladero.Los dobladores no han tenido sin embargo demasiados problemas para introducir en los chiqueros a los cuatro primeros astados, mientras un quinto se ha entretenido en la arena y era sobrepasado por el sexto que, acompañado por los mansos, ha ido directamente a los corrales y ha arrastrado con él a su hermano.