Melilla sufrió ayer el cuarto asalto a la valla en una semana por parte de grupos de subsaharianos que, en las últimas ocasiones y a diferencia de anteriores intentos, van armados con palos, piedras y botellas, lo que ha ocasionado seis agentes de la Guardia Civil heridos, tres el pasado miércoles y otros tres ayer.

Un grupo de 13 intentó pasar por la fuerza a las cinco de la madrugada de ayer por el arroyo Mezquita, aprovechando los daños que ocasionaron las inundaciones de la semana pasada en el sistema de seguridad de la frontera que separa la ciudad autónoma de Marruecos. Cuatro sin papeles consiguieron superar el cordón de seguridad, pero una vez en territorio español fueron detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la Policía Nacional para aplicarles la ley de extranjería, que conlleva la expulsión, aunque esta puede retrasarse años y en muchos casos, los afectados acaban quedándose en España al ser imposible la repatriación.

Uno de los agentes heridos necesitó varios puntos, desveló el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, quien denunció la "agresividad" con la que se emplearon los inmigrantes contra los guardias civiles que quisieron evitar su entrada. Los asaltantes iban armados con palos, piedras y botellas. También pidió "mayor colaboración" de Marruecos para frenar las avalanchas que se registran desde el 26 de octubre al dañar las lluvias los sistemas de seguridad.