Un juzgado de Burgos ha condenado a seis meses de cárcel a un conductor asturiano de 42 años que un radar de la Guardia Civil fotografió circulando a 260 kilómetros por hora en febrero del 2006 en la A-231. La sentencia es importante porque solo tiene como precedente la condena dictada en marzo pasado por un magistrado de Manzanares (Ciudad Real), que condenó a cuatro meses de prisión a un conductor novel que, pese a portar la L, circulaba a 214 km/h por una autovía.

En su sentencia, la jueza de Burgos ha decidido que Constantino García no podrá conducir ningún vehículo de motor los próximos dos años. La Fiscalía solicitó en la vista oral una condena de dos años de cárcel para este conductor. Aunque teóricamente, la actual legislación establece penas de hasta dos años de prisión por el exceso de velocidad, la conducción temeraria y el alcohol, la norma da un amplio margen a la arbitrariedad de los jueces y estos dictan sus sentencias a la baja. Por eso, la reforma del Código Penal empezará a tramitarse en el Congreso en octubre, para acabar con esa libertad para dictar sentencia.

La jueza estima que García conducía el vehículo, un Audi A-8, acompañado por Manuel González, que viajaba en el asiento de al lado, cuando fue sorprendido por el radar y después identificado por agentes de la Guardia Civil. La sentencia destaca el hecho de que desde que los agentes dieron el alto, el conductor necesitó 700 metros antes de poder detener el vehículo, lo que da buena muestras de la dificultad de controlar el vehículo que el automovilista hubiera tenido para responder correctamente ante cualquier imprevisto.