Unos seis millones de niños mueren cada año en todo el mundo porque sus sistemas inmunes están debilitados por el hambre y la malnutrición, lo que les hace incapaces de superar enfermedades infecciosas curables como la diarrea, el sarampión o la malaria.

La denuncia forma parte del último informe que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) presentó ayer en Roma. "Estos niños hubieran sobrevivido a las enfermedades si sus sistemas inmunitarios no se hubieran debilitado por el hambre y la malnutrición", se resalta.

El texto recuerda que además de los seis millones de niños que mueren, la desnutrición afecta a 852 millones de personas en el mundo. El fin es reducirla en el horizonte del 2015.