Se calcula en quince millones el número de desplazamientos que se realizarán en estas mini vacaciones, que para algunos empiezan el viernes anterior al inicio de la Semana Santa, y para otros, la mayoría, el Miércoles Santo, y terminan el Domingo de Resurrección, aunque en algunas comunidades se extienden hasta el lunes de la semana siguiente.

Desconozco cómo se habrá realizado este cálculo, supongo que en esos quince millones de desplazamientos estarán incluidos varios ocupantes de un vehículo. Pero sea como sea, son muchos vehículos circulando por las carreteras, y muchas personas disfrutando de un periodo vacacional que parece haberse impuesto en nuestra sociedad como algo natural. Es curioso, porque hasta hace no mucho tiempo, las vacaciones de Semana Santa se reducían a las vacaciones para los escolares. Unicamente los niños hablaban de vacaciones en este periodo de tiempo, los adultos, como mucho, hablábamos del puente que, en la mayoría de las empresas, había que solicitar para poder enlazar, en el que caso afortunado de que el empresario lo concediera, el Viernes Santo, el único día considerado festivo de toda la Semana Santa, con el Domingo de Ramos.

Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los trabajadores, exceptuando, claro está, los de la hostelería, disfrutan de cuatro días seguidos de descanso sin tener que pedir permiso a nadie. La bonanza económica se nota en muchas cosas, pero también en esto. Quince millones de personas pueden permitirse un lujo que hace sólo dos décadas era impensable. ¡Ojalá vuelvan a casa los quince millones!