Unas 40 personas y una unidad canina trabajaban anoche en la búsqueda de un trabajador de la planta de residuos de Abanilla (Murcia) que está bajo una montaña de basura de 50 metros de altura y una longitud entre 40 y 50. El operario quedó sepultado como consecuencia del derrumbe de un talud donde se acumulaban detritos que después se compactan con arena.

El desaparecido, José Ramón Heredia, de 45 años, está casado, tiene tres hijos y es vecino de Orihuela (Alicante). Trabajaba en una retroexcavadora de estructura reforzada con la que arrancaba residuos para echarlos a una cinta transportadora.

El desplome se produjo hacia las cuatro de la madrugada, probablemente debido a un pequeño movimiento sísmico que quedó registrado en los sismógrafos cercanos, según informó ayer el director general de Protección Civil, Guillermo Insa. La alarma surgió hacia las siete de la mañana, cuando el trabajador no respondía a las llamadas de su familia ni de sus compañeros. Su ciclomotor, además, fue encontrado en el lugar donde lo solía dejar.

Insa confía en que la estructura de la excavadora resista y que haya un campo de oxígeno que permita sobrevivir al trabajador, "porque tiene encima toneladas de basura". Añadió que la búsqueda se puede dilatar porque es "muy complicada". Además de la masa de residuos caída, no está definido el lugar donde puede estar la víctima.

La complejidad del rastreo, según el director de Protección Civil, se debe a la probabilidad de que haya nuevos desprendimientos por tratarse de un terreno muy inestable.

"No vamos a escatimar medios materiales ni personales pero hay que extraer toneladas de escombros con mucho cuidado", resumió Insa.