TEtste jueves, los universitarios celebran sus fiestas de bienvenida en los campus de Cáceres y Badajoz. En realidad, lo de la bienvenida es un pretexto. La semana pasada, el motivo fue recibir a los novatos y la que viene será que el Guadiana pasa por Badajoz o que Cáceres no tiene río. Da lo mismo, el caso es divertirse y hasta ahí, todo correcto. Los 6.000 estudiantes del campus de Cáceres provocaron algunos incidentes el pasado jueves cuando llegó la hora de regresar a la ciudad en autobús: hubo avalanchas, se colaron sin pagar y hubo que cortar el servicio. En el ayuntamiento se están poniendo nerviosos con lo del hípico: no acaban de convertirlo en un digno centro de ocio y la oposición hurga en esa herida a sabiendas de que no sólo los jóvenes están indignados con el abrevadero, sino también sus padres.

Pero la polémica promete enconarse si atendemos al cartel que acaba de publicar el Consejo de Estudiantes de la Uex anunciando la gran fiesta universitaria de este jueves con el patrocinio de una marca de cerveza, de un pub y, ¡atención!, del Excelentísimo Ayuntamiento de Cáceres. Aunque lo grave no es la fiesta, sino el cartel, sexista y vulgar donde los haya. En él, se ve a una joven rubia vestida con un top y unos shorts. Justo sobre su sexo aparece un reloj y el anuncio de la hora feliz, de seis a ocho de la tarde, cuando se despacharán jarras y copas a dos euros. La zafiedad del cartel es obscena, la identificación de sexo femenino y alcohol barato, vergonzosa y el escudo de Cáceres y de su ayuntamiento al pie de la chica, lamentable.