Pese a que el ministro de Fomento, José Blanco, se mostró ayer dispuesto a satisfacer alguna de sus reivindicaciones, los controladores aéreos decidieron ir a la huelga para protestar por el giro radical que el Gobierno ha dado a sus condiciones laborales y salariales. La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) comunicó ayer que el 98,25% de los técnicos que votaron (el 92%) lo hicieron a favor de hacer una protesta ante "la incapacidad negociadora" de Blanco quien, en su opinión, "ha boicoteado a base de decretos" el diálogo sobre el convenio colectivo. El ministro respondió que va a proteger el derecho de los ciudadanos a disfrutar de sus vacaciones con "servicios mínimos que garanticen el tráfico aéreo".

La USCA tiene previsto anunciar hoy la fecha de la protesta y si se desarrollará en una jornada o en tres. Como hay que avisar con 10 días de antelación, fuentes del sindicato barajaban el 18 o 20 de agosto como posibles convocatorias, ambas fechas con mucho tráfico aéreo.

Los controladores emitieron sus votos en todos los centros de trabajo desde el mediodía hasta las seis de la tarde. El censo de votantes era de 2.033, de los que ejercitaron su derecho el 92% (1.833). Una vez conocido el resultado, el USCA emitió un comunicado en el que acusa a Blanco de todos sus males. El sindicato, que aglutina al 95% de los controladores, afirma que cada vez que se inicia un proceso de negociación con AENA, "el ministro se descuelga con algún decreto que torpedea el proceso de negociación", abocando a los trabajadores a la huelga, "la única alternativa para denunciar sus condiciones laborales y, consecuentemente, la seguridad del tráfico aéreo".

La USCA acusa además a Fomento de que el paro se vaya a realizar en agosto, dado que el Gobierno aprobó el decreto que regula su actividad y tiempos de descanso el viernes. Los controladores se muestran, no obstante, confiados en que "la sensatez" se imponga en el ministerio y se restauren las negociaciones para evitar un paro que el sindicato reconoce que tendrá un "considerable efecto" en la economía.

LA RESPUESTA DE LA EMPRESA AENA, por su parte, lamentó la decisión del colectivo porque la mesa del convenio colectivo es el "marco adecuado" donde debe expresar sus reivindicaciones. "La huelga es un derecho pero no beneficia a nadie y puede perjudicar de forma grave a la sociedad", añadió en un comunicado.

Y Blanco, en una comparecencia previa a que se conociera la decisión, vaticinó que los españoles no entenderán que hagan una huelga "por razones de convenio" cuando en la última reunión la USCA reconoció que el decreto aprobado mejora sus condiciones laborales.

Es cierto que el sindicato solicita la aplicación inmediata de la norma pese a que, considera, "establece las peores condiciones para el desempeño de la profesión en toda Europa". La USCA realiza esta petición porque desde que el Gobierno publicó en febrero el primer decreto, AENA les exige "disponibilidad absoluta". La USCA pide acabar con esta circunstancia, y que se revisen las cargas de trabajo en las torres de control.

En cuanto a los servicios mínimos, en la última huelga de funcionarios, que el colectivo no secundó, el Gobierno reclamó la presencia del 100% de los controladores programados. En otros países, como Francia, donde se han llevado a cabo paros similares, los servicios mínimos no impidieron la suspensión de un alto porcentaje de los vuelos.