TSti el bueno de Lorca levantara la cabeza no tardaría mucho en morirse de nuevo por culpa de los disgustos. Y es que su nombre, por un motivo u otro, parece estar indisolublemente asociado a la polémica. Supongo que no le gustaría nada que algunos intolerantes le sigan llamando "maricón"; no le gustaría el talante del que hace gala Pepe Rubianes cuando no está divulgando sus obras de teatro; no le gustaría el litigio que mantiene su familia para evitar que su fosa sea exhumada (bien porque estuviera en contra o bien porque estuviera a favor); y tampoco le gustaría, creo, el contencioso, fallado estos días en los tribunales, entre dos especialistas lorquianos, los profesores de la Universidad de Granada José Antonio Fortes y Luis García Montero . El primero ha ganado ante la Justicia y el segundo ante la opinión pública. García Montero, gran poeta, ha ganado el apoyo de los suyos y ha perdido 4.800 euros en conceptos de multa e indemnización por "un delito de injurias graves". Para quienes no conocen el caso, la raíz del enfrentamiento está en el revisionismo que Fortes hace de la figura de Lorca, quien, en su opinión, exalta la ideología fascista mediante una visión folclórica del pueblo. De ahí los insultos por parte de García Montero, expresados primero de manera verbal y más tarde por escrito en diversos medios de comunicación. Lo que hay de trasfondo es un tosco enfrentamiento ad hominem generado por dos visiones contrapuestas sobre la figura del autor de Romancero gitano .

Y mientras tanto, entre unos y otros a Lorca lo van matando, lo van matando unos y otros poco a poco, lo van matando-