Tiene 70 años y cuida de sus tres nietas pequeñas y de su madre (bisabuela de las niñas) enferma de alzhéimer. Carmen Bailón es un buen ejemplo del papel que los abuelos juegan en la sociedad. Sin ellos, la conciliación laboral para muchas parejas sería imposible, al igual que mantenerse a flote durante la crisis económica. Ayer se celebró el Día de los Abuelos, que rinde homenaje a las personas mayores en general.

«A mi nieta pequeña de 3 años la cuido cada día desde las 8 de la mañana a las seis de la tarde. Las otras dos, de 7, vienen días sueltos a casa porque tienen actividades extraescolares. Y a mi madre, que tiene 95 años, hay que hacerle todo», cuenta Bailón, que es abuela y cuidadora las 24 horas del día.

En Cataluña, los mayores de 65 años se han convertido en el motor de la recuperación del consumo, según el estudio Observatorio Bonpreu y Esclat del Consumo Alimentario, presentado la semana pasada. Los mayores han incrementado el gasto el 36,9% desde el 2008, frente a la caída del resto de hogares en otras franjas de edad. Esto demuestra la solidaridad económica intrafamiliar y el efecto de la estabilidad de ingresos de los pensionistas en unos años de fuerte crisis.

Tiempos muy malos

Candelaria García (72 años) y Manuel Tineo (77) tienen cuatro nietos. «Cuidar de ellos es nuestra devoción», afirma García. Este matrimonio contribuye en el 40% de la economía familiar de sus dos hijos. «Han venido tiempos muy malos y, si nosotros no hubiéramos ayudado, hubieran perdido el piso», añade.

«Mi mujer y yo cuidamos de cuatro niños: dos son nuestros nietos y los otros dos, hijos de una amiga de nuestro hijo. Pero es como si tuviéramos cuatro nietos», cuenta Ismael Monfort, de 61 años. «Dadas las condiciones laborales y la conciliación, si no fuera por los abuelos los niños irían de guardería en guardería».

«Ahora se tira mucho más de los abuelos que antes. En nuestros tiempos, el sueldo de mi mujer se iba íntegro en canguros», añade Monfort. Es algo que muchos hogares no se pueden permitir.

«Si no fuera por los abuelos, o el padre o la madre no podría trabajar», certifica Amalia Monteagudo, de 69 años y con cuatro nietos. «Los cuido desde que nacieron».

«Si los abuelos hiciéramos huelga, el país se paraba», dice Josep Atienza. Tiene 66 años y tres nietos. Durante el curso, él y su mujer los llevan a la escuela y los pequeños comen en su casa. «Me levanto más temprano que cuando trabajaba».

Pero las personas mayores no siempre están suficientemente valoradas. Amics de la Gent Gran revela que en Catalunya más de 300.000 ancianos viven solos. En Extremadura son unos 50.000. Para la mayoría de la sociedad son invisibles. La desaparición de un ser querido, una enfermedad o la pérdida de movilidad son las causas que los abocan a una soledad no deseada.