Sierra Leona comenzó ayer a enterrar a los centenares de víctimas mortales que dejaron las fuertes inundaciones y desprendimientos de tierra del pasado lunes y sigue inmersa en el rescate de más de 600 personas que permanecen desaparecidas.

El coordinador de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja, Abdul Bakar, dijo ayer a Efe que hasta el momento se han recuperado 297 cadáveres, de los que anoche fueron enterrados 139. Entre las víctimas mortales hay casi un centenar de niños, según medios locales.

Las autoridades temen que estas cifras aumenten a medida que los equipos de búsqueda, el personal militar y los familiares continúen excavando, buscando a personas llevadas por el agua o enterradas bajo el lodo, aunque cada vez tienen menos esperanza de encontrar a gente con vida.

Las familias se acercaron al tanatorio para identificar y retirar los cuerpos de los suyos, y se prevé que el resto de víctimas sean enterradas en fosas comunes. El Gobierno ha decretado siete días de luto en señal de duelo por las víctimas, en un país consternado por la tragedia.

El área afectada por las inundaciones es una zona de la capital, Freetown, donde se habían construido numerosas viviendas ilegales, muchas de ellas literalmente absorbidas por el río de lodo. Fuertes deslizamientos de tierra derribaron edificios de varias plantas y al menos mil hogares han sido cubiertos de barro en las zonas más golpeadas, como el suburbio costero de Racecourse, en el extremo oriental de la ciudad, así como en Regent y Lumley, donde predominan los asentamientos improvisados.

Otras 3.000 personas se han quedado sin hogar y buscan un lugar en el que refugiarse de las lluvias, que aún continúan, mientras que las líneas de comunicación y la electricidad han quedado interrumpidos en muchos puntos del país.

Las organizaciones que trabajan en el lugar temen que los pozos de agua hayan quedado infectados y que puedan surgir brotes de cólera, fiebre tifoidea u otras enfermedades. La ONU declaró que sus equipos humanitarios analizan las necesidades del país y preparan planes para prevenir brotes de enfermedades infecciosas. Ante la alarmante situación, varios países y organizaciones internacionales ya han anunciado que enviarán ayuda.