Siete personas perecieron ayer en las carreteras españolas, una cifra que vino a empañar el relativo buen dato del fin de semana que, con ocho fallecidos, fue el de menor siniestralidad de todo el verano. No obstante, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), las víctimas mortales en lo que va de agosto son 129, 34 menos que en las mismos días del 2009. A lo largo del 2010 se han contabilizado 1.064 muertos, 210 menos que durante el mismo periodo del año pasado, lo que supone un descenso del 17%.

El accidente más trágico registrado ayer se saldó con cuatro muertos, como consecuencia de un choque frontal de un turismo portugués y otro belga en la carretera A-62 a su paso por Carrascal de Barregas (Salamanca). La Guardia Civil apuntó a una posible distracción y al exceso de velocidad como causas de que el vehículo portugués se saltase la mediana y originase la colisión. Además, un niño de 13 años murió en la localidad mallorquina de Cala D´or en un choque en el que se vieron implicados tres vehículos; en Lugo hubo que lamentar la muerte del conductor de una furgoneta que chocó con un turismo, y en Baltanás (Palencia) la de un anciano de 86 años.

El exceso de velocidad estuvo presente en estos siniestros, según la DGT, que cifra en más de 100 los muertos en carretera durante este verano por circular a una velocidad inadecuada.

CARRETERAS CONVENCIONALES El organismo puso ayer en marcha una campaña para vigilar ese tipo de excesos. Hasta el día 29, prevé controlar con 246 radares móviles a unos 100.000 vehículos diarios. La campaña se centrará en las carreteras convencionales, donde la DGT ha comprobado que durante estas fechas se incrementa la velocidad en más de un 3% y se producen más del 70% de los accidentes con víctimas. Del mismo modo, la velocidad está directamente relacionada con los atropellos. El año pasado murieron en España un total de 490 peatones en carretera y zonas urbanas.