En pocos hogares falta hoy un ejemplar de 1.080 recetas de cocina, la emblemática obra de Simone Ortega que cambió los paladares y elevó la calidad de la cocina popular en España. Su autora falleció ayer en Madrid, con 89 años, tras una vida dedicada a pregonar el placer por guisar y por comer, adaptando las viejas recetas de su abuela y su madre. Vendió más de tres millones y medio de ejemplares en más de 40 ediciones.

LA REPUBLICA FRANCESA "Habéis hecho feliz a una vieja dama que siempre ha necesitado amistad, amor... y chocolate", dijo Simone Ortega al recibir, hace apenas dos años, la medalla de la Orden de las Artes y de las Letras de la República francesa. Pese a esta pasión no le dedicó ningún libro. Sí a los quesos españoles, los potajes y los platos de cuchara en general.

Su nombre de pila era Simone Klein Ansaldy y nació en Barcelona el 29 de mayo de 1919. Por sus venas corría sangre alsaciana, borgoñesa e italiana, pero se trasladó a vivir a Madrid con nueve años.

Se casó a los 23 y quedó viuda dos años después, pero se volvió a casar a los 30 años con José Ortega Spottorno, cofundador del grupo editorial Prisa e hijo del filósofo José Ortega y Gasset, que entonces estaba al frente de Alianza Editorial, que publicó su obra.

Fue su marido el que la animó a recopilar los secretos de cocina que heredó de su abuela y de su madre. La popular obra se publicó justo en el momento en que las españolas rompían con la educación tradicional de conquistar a los hombres por el estómago y se incorporaban al mercado de trabajo. A ellas, que no tenían ni tiempo ni ganas de guisar, se dirigió en especial Ortega con sus recetas sencillas.

Pese a que en su casa había cocinera, Simone Ortega experimentaba con las recetas de su abuela hasta tres veces antes de darles luz verde. Dio modernidad a la cocina tradicional y así abrió los paladares de la clase media emergente a productos desconocidos entonces, como los champiñones o la preparación de salsas con nata.