El Premio Antonio Asensio de Periodismo recae en su séptima edición en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). El jurado ha considerado de forma unánime que la SIP es digna merecedora del galardón "por su firmeza en la lucha constante a favor de la libertad de información y expresión; y de la dignidad de los periodistas". El premio se otorgará el próximo 23 de noviembre en un acto que estará presidido por los Príncipes de Asturias. El presidente de la SIP, Enrique Santos, periodista de El Tiempo, de Bogotá (Colombia), será el encargado de recoger el galardón.

El premio, convocado por el Grupo Zeta en memoria de su fundador, Antonio Asensio Pizarro, reconoce la labor de personas, medios de comunicación y organizaciones que han destacado por sus aportaciones al mundo de la información y de la libertad de expresión.

JURADO En esta séptima edición, el jurado ha estado compuesto por el presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah; Francisco Matosas, consejero de Grupo Zeta; Miguel Angel Liso, director editorial; Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes; Alex Grijelmo, presidente de la Agencia Efe; Antonio Franco, periodista; Nativel Preciado, periodista y escritora; y Alfonso S. Palomares, periodista.

El jurado valora especialmente la actividad de la SIP a favor de la libertad de expresión frente a los narcotraficantes y a otras mafias, que quieren silenciar la labor de los periodistas que denuncian sus actividades criminales. En los últimos 20 años, han muerto en América 344 periodistas a manos de distintas bandas de delincuentes. En lo que va de año, por ejemplo, han sido asesinados 19 periodistas, la mayoría en México, el segundo país más peligroso del mundo en ejercer la profesión. El jurado destaca que "la SIP lucha para que estas muertes no sean inútiles".

Además de amparar las normas éticas y profesionales del periodismo y exigir a sus asociados una conducta recta en el ámbito empresarial, la SIP ha desarrollado en este último año "una actividad insobornable frente a las injerencias y a las ofensivas de ciertos estados contra la libertad de expresión". Las conflictivas e inquietantes relaciones entre la prensa y el Gobierno venezolano dejaron de ser la excepción a la regla. Las tensiones se verifican con hondura hoy en Ecuador, Honduras, Nicaragua y Argentina, donde el Gobierno intenta dictar una ley de medios que fue rechazada por todas las empresas periodísticas. No es un dato menor tampoco la persecución en Cuba de la prensa digital.