Ante las dificultades económicas, la opción de volver a casa gana terreno entre los inmigrantes. Las oenegés que con el apoyo financiero del Gobierno gestionan las ayudas al regreso han constatado que las solicitudes para acogerse al Programa de Retorno Voluntario se han disparado. De hecho, en los siete primeros meses del 2008 se gestionó el regreso de 1.621 extranjeros. Otros 2.100 se encuentran en lista de espera, pues el aluvión de peticiones ha agotado el presupuesto destinado a financiar estos regresos, que ascendía a 1,8 millones de euros.

Pese a que todavía faltan cuatro meses para acabar el año, esos más de 3.700 inmigrantes ya triplican a los 1.184 extranjeros que solicitaron la ayuda en el 2007. Una demanda de retorno de 3.700 inmigrantes puede parecer insignificante en un país donde la población de extranjeros creció a un ritmo de un millón de personas el año pasado, sin embargo supone un cambio de tendencia claro en la perspectiva de este colectivo.

"Es cierto que la cifra de los que se suman al programa de retorno ha subido. Pero lo que se ha disparado de una manera impresionante es el número de personas que acuden a informarse ante la eventualidad de un regreso", explica una responsable de la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM), una de las organizaciones que gestiona esas ayudas.

DEMANDA DE INFORMACION "Vienen sobre todo a preguntar cuáles son las condiciones de esa ayuda para el retorno, cuál es el montante, cómo deberían presentar la solicitud...", señala esa responsable, que traza el perfil del aspirante a retornado: "Suele tratarse de una persona que no ha conseguido regularizar su situación o que se ha quedado en el paro y que tras llevar uno o varios años en España ve que su proyecto migratorio no sale adelante".

La Organización Internacional de las Migraciones, el organismo que gestiona un mayor número de ayudas al retorno, ya se quedó sin presupuesto en mayo tras tramitar 1.000 regresos.