El rastrillo de la delegación placentina de la Asociación Oncológica Extremeña se ha convertido en un ejemplo de solidaridad con los enfermos de cáncer y sus familiares. Empezando por todos los que colaboran realizando o donando los artículos que se venden y terminando por las personas que acuden a la sede del ateneo local (calle Verdugo), donde está ubicado, para comprar algún producto y colaborar así con la asociación.

Los beneficios serán "siempre para el paciente oncológico", en palabras de la presidenta de la delegación local, Guadalupe Sánchez. De ahí que, a un día de que cierre sus puertas la cuarta edición de este rastrillo --abre de 11.00 a 13.30 y de 17.30 a 21.00 horas-- anime a los que aún no han colaborado, a pasarse por el ateneo porque podrán encontrar todo tipo de artículos y contribuir a una buena causa.

Las primeras que han participado este año en la aportación de artículos han sido las propias enfermas a través de un taller de manualidades del que han salido la mayor parte de los productos en venta. "Han estado dos meses trabajando para el rastrillo y han realizado colchas de patchwork, muñecas que han sido un éxito y trabajos en maderas pintadas y lacadas y con mármol y marmolina", cuenta Sánchez, que además destaca que el taller "les sirve de terapia".

Pero a su esfuerzo se ha sumado el de numerosos comerciantes que no han dudado en donar bolsos o zapatos, añadido al pimentón de la Vera donado desde Jaraíz y Cuacos, libros antiguos de pacientes y pinturas y esculturas en barro de la escuela placentina de Bellas Artes.

Guadalupe quiere además resaltar la solidaridad de los alumnos del IES Valle del Jerte de Cabezuela y Navaconcejo, que han decidido entregar a la asociación la recaudación de rastrillos propios y algunos productos que tenían en venta. "Nos parece digno de destacar que unos chicos jóvenes hayan tenido este detalle que demuestra que no solo se dedican al botellón".

Pero no han sido los únicos en ayudar de forma altruista a la asociación, ya que Guadalupe hace hincapié en que "la gente se ha portado divinamente. Al ciudadano de a pie hay que ponerle un diez porque algunos han vuelto hasta tres veces".

De ahí que calcula que superarán los 4.000 euros recaudados el año pasado. Un dinero que "nos permite seguir adelante con nuestra causa e intentar mantener lo que tenemos". Esto se materializa en los talleres que ofrecen a los enfermos, de risoterapia, relajación, manualidades y un próximo de baile para favorezca la movilidad de los brazos a las mastectomizadas. También ayudará a mantener las charlas y a tener un detalle con las personas que trabajan voluntariamente en la asociación, que reúne a 200 asociados. Su principal mensaje para los enfermos es: "Que sepan que no están solos".