No son sombras. Ni un reflejo. Son personas. Y estaban dentro del Windsor cuando el fuego estaba ya desbocado y había destruido los pisos superiores. Tras varios días de investigación, la Policía Científica concluyó ayer que el vídeo grabado por un matrimonio de Reus no está manipulado, informaron ayer fuentes de la investigación.

Ahora lo que queda por determinar es quiénes eran y qué hacían esas personas. A pesar de la intriga, los agentes desvinculan su presencia con el origen del incendio. Los investigadores creen que el suceso no fue intencionado sino que se debió a un fallo humano o técnico.

Enriqueta Fernández-Montesinos y Carles Just, una pareja de Reus que viajó el fin de semana del incendio a Madrid, grabó el Windsor en llamas desde la casa de unos parientes, ubicada en un noveno piso de la calle del General Moscardó, a 200 metros de la torre. Ambos se sorprendieron al comprobar que en una de las plantas intermedias --probablemente la 16, ocupada por la auditora Deloitte-- había personas dentro. Según se aprecia, los intrusos llevaban linternas y algún objeto en la cabeza, aunque no está claro si es un casco.

A la hora a la que fueron grabadas las imágenes, pasadas las tres de la madrugada del 13 de febrero, oficialmente no quedaba nadie en el rascacielos. Los bomberos fueron los últimos en salir y lo hicieron, según el ayuntamiento, a la una de la mañana.

Alarmado ante lo que estaba viendo, Just --que es abogado-- telefoneó al número de emergencias a las 3.49 horas. La respuesta que recibió fue que se trataba de bomberos.

Todos los expertos consultados han asegurado que, cuando el fuego estaba ya avanzado, una persona podría estar en la planta 16 sin necesidad de llevar un traje especial. Otra cosa es que aguantara dos horas, como muestran las imágenes.

Para soportar tanto tiempo, evidentemente, los intrusos tenían que estar protegidos con algún traje o una máscara antiincendios. Los agentes no descartan, por tanto, que se tratara de profesionales con suficientes conocimientos técnicos.

A pesar de que el informe no está terminado, los investigadores prácticamente han descartado la posibilidad de que lo que aparece en el vídeo sean reflejos de bomberos que estaban en el edificio colindante. Entre tanto, el ayuntamiento comenzó ayer la demolición del Windsor, que durará 11 meses.