"No es comparable con nada de lo vivido anteriormente. Es una sensación nueva, muy especial. Una satisfacción enorme y un orgullo inmenso. Me sentí muy feliz por mi familia, por mis amigos, por Barcelona y el Espanyol y, por supuesto también, por Almendralejo y Extremadura". Son palabras de Antonio Alvarez Pérez Ito (Almendralejo, 21 de enero de 1975). El ahora jugador del RCD Espanyol, pero formado en la cantera de aquel mítico CF Extremadura de los 90, ha vivido días de gloria con la camiseta almendralejense, con las de Celta y Betis... Ha jugado la UEFA, fue campeón de Europa Sub´21 con la selección..., pero, quizás por cercanía, tiene muy vivos los irrepetibles recuerdos de la final copera disputada en el Santiago Bernabéu, a la que se refiere una y otra vez.

"Todas las imágenes que me han quedado son muy bonitas, preciosas, irrepetibles... La andadura del equipo en la copa, el ambiente de la final, las dos ciudades entregadas, volcadas en el campo, forman un todo impresionante. Es más, ahora, cuando recuerdo con frialdad algunos datos, se me ponen los pelos de punta aún", confiesa.

Se le oyó cantar en alguna emisora de radio de madrugada, aunque juega mucho mejor que entona, y dice que, cuando el árbitro pitó el final, se acordó, sobre todo, "de la gran afición del Espanyol. Más que nada de la que se quedó en Barcelona y no pudo vivir en directo lo que vivimos en el Bernabéu. Y de mi familia, que estaba en las gradas. Mi mujer, mis padres, mis suegros... Poder compartir con ellos un momento así es lo mejor que te puede pasar".

Y es que "ganar una Copa del Rey es algo muy importante para cualquier jugador. Cerrar una temporada con un título de esa categoría, sobre todo para un equipo trabajador y modesto como el Espanyol, el algo muy grande", apunta sincero. Luego aparecen los fantasmas ligueros y advierte que "ahora todas nuestras fuerzas están en poner a salvo al equipo en la liga. En Valencia no nos fueron las cosas bien el pasado fin de semana y tenemos que reaccionar y hacerlo cuanto antes".

También aparece su lado solidario, casi de complicidad, con el que fue su enemigo deportivo en Madrid, pero que es a la vez compañero y paisano extremeño. Cuando se le pregunta por el mal trago de César Sánchez tiene palabras de especial cariño para el meta cauriense: "Nos vimos antes del partido y hablamos un rato. Se llevó la peor parte y en cierta manera lo siento. Es un gran profesional y un excelente portero. Lo que le ha pasado en tres finales es muy duro. Pero confío en que algún día el propio fútbol devuelva a César lo que le ha quitado y le resarza de los malos tragos que ha tenido que superar". Y un último guiño: "Joder, y a ver si el Extremadura reacciona, que los últimos partidos no nos han ido nada bien".