La balsa que la empresa MAL tenía cerca de Ajka se dedicaba a depurar el mineral en bruto de bauxita para obtener aluminio. Mediante diversos sistemas de refino, incluido un baño en sosa cáustica, el aluminio se separaba de los otros elementos con menor interés comercial, algunos peligro-sos como el cadmio, el mercurio, el arsénico, el cromo y el plomo, que quedaban sepultados en la balsa. La rotura de una de las paredes escampó un millón de metros cúbicos de metales y disolvente.