Spanair aprovechó el informe del MD-82 conocido el jueves para sacar pecho en una carta dirigida a sus empleados. El documento aprobado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Inicidentes de Aviación Civil suprime las acusaciones contra la aerolínea que figuraban en el borrador inicial, pero tampoco la exonera de responsabilidades. Simplemente, no entra en las causas finales del siniestro del 20 de agosto, tarea que deja para el informe final que se conocerá dentro de uno o dos años.

La empresa sostiene, sin embargo, en su misiva, que el documento, al incorporar "la mayor parte" de sus alegaciones al borrador, refleja "finalmente la realidad de que Spanair es una compañía segura".

El director de producción de Spanair, Javier Mendoza, el firmante de la carta, muestra también a los empleados su agradecimiento por el "apoyo" brindado en los momentos en que la compañía ha sido sometida "a un escrutinio público tan injusto como desproporcionado".

PRINCIPIOS BASICOS A su juicio, el informe ha cerrado "una etapa en la que, desafortunadamente y sin ningún fundamento, se han cuestionado principios básicos de Spanair, como es la prioridad absoluta de la seguridad".

El Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (Copac) también se mostró satisfecho con el documento. Del borrador inicial se deducía, sin decirlo, que la tripulación falló al no accionar los flaps y slats y no verificar su posición, pero en el texto definitivo se precisa que en la cinta de la caja negra se han podido identificar "algunas expresiones que corresponden a las listas de comprobación".

El fallo humano queda, como mínimo cuestionado, pero no descartado. Felipe Laorden, experto en seguridad del Copac, se felicitó, no por el cambio, sino porque el texto solo recoge "las evidencias y hechos comprobados". Respecto a la nota opinó que la aerolínea "extrae conclusiones del documento que no figuran en el mismo".