Las nuevas generaciones aprenden rápido. Bebiendo de la fuente de Madonna, la indiscutible reina de la estrategia comercial de la industria del espectáculo, Britney Spears está explotando su beso lésbico e intergeneracional con la predecesora de todas las ambiciones rubias que se convirtió en el momento estelar de la ceremonia de los premios de la MTV (foto). Y eso que Spears no piensa volver a repetir.

La exnovia de Justin Timberlake, que el miércoles concedió una entrevista a la CNN que se centró en el lúbrico beso, se confesó auténticamente como la protagonista de la canción que interpretó en el escenario: una virgen besada, que no tocada, por primera vez (por alguien de su mismo sexo). "Nunca antes había besado a una mujer", dijo Spears, que borró de un plumazo cualquier ilusión de los que esperasen verla de nuevo en acción. "No lo haré nunca más", aclaró. Dejó, eso sí, una puerta abierta a la esperanza: "Quizá con Madonna, sí".

El beso a tres bandas --en el que también participó Christina Aguilera-- pilló un poco por sorpresa a Spears, o al menos, eso ha dicho a la CNN. Habrá que creerla cuando asegura que "no sabía que iba a ser tan largo y todo lo demás". Y es cierto que su ingenuidad cobra sentido cuando relata lo que le dijo Madonna --la reina del márketing, recuerden-- en el ensayo, cuando empezaron los jugueteos entre las artistas. "Nos dejaremos llevar y veremos qué pasa".