Los adolescentes se están pasando de la caña de cerveza a las copas, cubatas y cócteles. La delegada del Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, alertó ayer de que los adolescentes (de 14 a 18 años) que consumen bebidas de alta graduación (mezcladas con refrescos o solas) han aumentado un 15% durante dos años. Su departamento también ha constatado que un 45% de estos menores toman alcohol los fines de semana.

La delegada adelantó estos datos, que en breve ampliará el Ministerio de Sanidad, durante un desayuno con periodistas en el que se mostró preocupada por la proliferación de los macrobotellones, que definió como convocatorias en las que "el alcohol es el centro de todo", según Moya.

Los datos del plan relativos al 2005 constatan que un 65,6% de los jóvenes de 14 a 18 años declaran haber consumido alcohol en el último mes y un 34,8% reconoce haberse emborrachado alguna vez. "Tenemos que hacerles ver que pueden relacionarse o divertirse sin necesidad de estar bebidos y que sean conscientes de que el alcohol es nocivo para la salud", pidió Moya.

La responsable de la prevención en el consumo de drogas anunció que el Ministerio de Sanidad presentará a principios del 2006 una serie de normas para limitar la publicidad y la facilidad que tienen actualmente los jóvenes para acceder al alcohol. Además, se elaborarán normas de consenso con las comunidades autónomas para tratar de reducir el consumo de consumo de alcohol, empezando por homologar la edad mínima en la dispensación a los 18 años.

Subrayó que no se puede hablar ya de de drogas blandas y duras, y tampoco de "drogas inocuas". También destacó entre las dificultades de las autoridades para luchar contra las drogas el hecho de que "los problemas que causan parecen no preocupar a muchos". "Sólo un 5,7% de los ciudadanos cita las drogas ente los tres principales problemas de nuestro país", de acuerdo con los últimos datos del CIS. Según la delegada, esta baja percepción hace "invisible" el problema.