La auditoría sobre el AVE Madrid-Lleida encargada por el Ministerio de Fomento confirma los graves defectos que uno tras otro fueron saliendo a la luz pública durante la construcción de la línea y estima en 74 millones de euros (12.312 millones de pesetas) el coste de resolverlos para que la línea pueda funcionar con las prestaciones previstas, según explicó anoche en Sevilla la titular del departamento, Magdalena Alvarez.

La ministra aseguró que con las medidas adicionales que se tomarán los usuarios "pueden estar tranquilos" porque las deficiencias serán "subsanadas" y "se arreglará un proyecto que fue el mascarón de proa del PP" y que acabó siendo "un sucedáneo de AVE".

El informe hace un extenso relato de los defectos: riesgos de desprendimientos en los taludes, túneles a los que se les cae el revestimiento, viaductos agrietados y otros riesgos geológicos, para los que recomienda un medida con escasos precedentes: hacer vuelos de reconocimiento en helicóptero en las horas siguientes a lluvias torrenciales. También reprocha a los anteriores gestores que el GIF haya tenido que invertir mucho dinero en garantizar la estabilidad de las vías.