El Gobierno surafricano, presionado para luchar de forma más decidida contra el sida, declaró en un comunicado el viernes pasado que aplicará un plan para distribuir de forma gratuita antirretrovirales a los enfermos a partir del final de septiembre.

La decisión supone un giro radical en la política del presidente Thabo Mbeki, que ha sido acusado de desinterés en el combate contra la enfermedad, que afecta a casi cinco millones de personas y causa 1.000 muertes diarias. El ministro de Salud cuestionó hasta ahora la eficacia de los antirretrovirales, diciendo que los fármacos eran "potencialmente tóxicos y demasiado caros".

Debido a esta política, el medicamento, el único efectivo contra el sida, sólo es accesible para aquellos que podían pagarse un tratamiento en hospitales privados. El comunicado gubernamental advierte de que el plan no podrá aplicarse a todos los que necesitan la terapia hasta dentro de nueve meses, pero reconoce por primera vez que los antirretrovirales deben ser la respuesta de Suráfrica a una enfermedad que amenaza la estabilidad económica y social del país.