El pasado 23 de octubre, Suecia notificó a Bruselas la muerte de tres personas poco tiempo después de que se les administrara la medicación para prevenir la gripe A. Las autoridades suecas han comunicado a la Comisión que, "según la información de la que se dispone hasta ahora sobre estos casos, no hay nada que respalde la asociación" entre la administración del fármaco y los fallecimientos, dijo hoy la portavoz comunitaria de Sanidad, Nina Papadoulaki, en rueda de prensa. Preguntada sobre la seguridad de estos productos, la portavoz afirmó que se trata "de una cuestión de la industria", aunque subrayó que la Comisión Europea y las agencias competentes "han evaluado cuidadosamente" las tres vacunas actualmente distribuidas en el mercado europeo.

La portavoz también destacó que las vacunas contra la gripe se emplean desde hace más de 60 años "y han contado con niveles considerables de seguridad" para todos los grupos de edad. "Por eso, esperamos que la nueva tenga el mismo perfil de seguridad", afirmó. Papadoulaki insistió en que las vacunas "son una de las medidas más efectivas para luchar contra la enfermedad durante la etapa de pandemia" según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No obstante, aunque la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) es la encargada de autorizar su comercialización "las decisiones sobre vacunar o no recaen en las autoridades nacionales", precisó. Por otra parte, el Gobierno búlgaro ha pedido ayuda a los UE para combatir la epidemia de gripe A en el país, y en particular, ha solicitado el envío de 200.000 dosis de antivirales.

Tras recibir una carta del Ministerio búlgaro de Sanidad, la Comisión ha puesto en marcha el Centro Europeo de Supervisión e Información (MIC, por sus siglas en inglés) para coordinar las posibles ayudas de otros países comunitarios, aunque por ahora no ha habido ofrecimientos, según la portavoz.