TLta afinidad es muchas veces un factor importante a la hora de decidirnos por algo o por alguien. Dice mi amiga Marta que siente una debilidad especial por la escritora gallega Mercedes Castro , autora de Y punto , pero no por su particular forma de contar las cosas, que también, sino porque tiene frenillo, algo que comparten las dos. Y yo entiendo su empatía hacia determinadas cosas, porque a mí, que padezco apnea, me pasa lo mismo con aquellos que tienen problemas de sueño. Por ejemplo, ayer lo pasé especialmente mal leyendo un artículo sobre el sueño de los peces. Los peces sueñan, sí, bueno, ya lo dijo el poeta brasileño Ledo Ivo , pero ahora lo han confirmado los científicos. En la ciencia, como en la poesía, hay científicos buenos, malos y cabroncetes. Esta investigación la han hecho los terceros. Se trataba de comprobar si los peces cebra dormían, para lo que a base de golpecitos en la pecera y pequeñas descargas eléctricas les mantenían despiertos toda la noche, y qué ocurría cuando pasaban tres noches sin pegar ojo. Total, que descubrieron que estos animalitos tenían la misma costumbre que las personas (no sé si la misma que los científicos), es decir, que dormían de noche y hacían vida de día. A mi juicio, los investigadores se olvidaron de lo más importante: conocer con qué soñaban los peces cebra. Estos días, en plena campaña electoral, con tantos anuncios y tantas advertencias me siento como un pez cebra en una pecera constantemente golpeada. Y yo busco y busco una afinidad, en frenillos, en apneas, en la ciencia, no sé- Pero hasta ahora los candidatos sólo me interrumpen el sueño, no me ayudan a soñar.