A María se le hace un nudo en la garganta cuando recuerda no solo el maltrato psicológico que sufrió por parte de su marido, sino también cuando rememora sus experiencias ante los tribunales. María, que prefiere no revelar su verdadero nombre, nunca llegó a denunciar los malos tratos que padeció y ningún abogado le asesoró correctamente.

Su marido la abandonó cuando se quedó embarazada y se negaba a abortar, después de una relación en la que ella sufría "una tortura constante". Después de que su pareja la dejara, firmó un acuerdo de separación amistoso que suponía que él se quedaba con todos los bienes conyugales.

María se quedó "con una mano delante y una detrás" y no encontraba ningún abogado "que entendiera su causa". Por eso acudió a asociaciones de mujeres y aun así no dio con profesionales que la ayudaran a demostrar que había sufrido maltrato.

Denuncias falsas

María colabora ahora con una asociación que ayuda a otras víctimas y reconoce que se ha encontrado con mujeres que mienten para sacar provecho. Para detectar estos casos, "la única vía es aumentar la formación del personal que interviene", dice.

Este es el caso de Jesús González, que sufrió una acusación fraudulenta. González es médico y tuvo dos hijos con su exmujer, quien quiso divorciarse. "Calculó que si le daban los niños yo le iba a pasar una pensión importante", según él. Su pareja interpuso una denuncia por maltrato a ella y los niños que significó que González fuera expulsado de casa y perdiera la custodia. "He llegado a tener pleitos en 20 juzgados de tres ciudades", relata el médico, que ahora preside la Asociación de Padres de Familia Separados de Salamanca.

Según González, sufrió cinco acusaciones falsas: una por maltrato a ella y cuatro por violencia y abusos sexuales a sus dos hijos. Todas han sido archivadas y su expareja, que ha perdido la custodia de los hijos, ha sido condenada por acusación falsa a pagar 1.800 euros de multa y 5.000 euros de indemnización.