George Garratt era el antiguo nombre de un joven inglés de 19 años que ha decidido pasar por el registro y llamarse ahora Capitán Fantástico más rápido que Superman, Spiderman, Batman, Wolverine, Hulk y Flash juntos . No sé qué pensar, bueno, sí, pienso que es tonto del culo, lo que quiero decir es que no sé para qué puede servir creerte un superhéroe o serlo. Yo soy más de antihéroes. Posiblemente el tipo me hubiera parecido menos gilipollas si se hubiera llamado Superlópez más rápido que Mortadelo, Filemón y Carpanta juntos . Sé que es difícil ser un superhéroe, siempre con buenas formas y teniendo que cortarle el rollo a las fuerzas del mal todos los días, pero creo que es mucho más complicado ser un antihéroe. Los superhéroes se fabrican para desarrollar un fin concreto, tienen una misión en la vida y van con su marketing incluido. Los antihéroes tienen que venderse cada día. A los héroes los creamos nosotros, les inventamos un pasado y les regalamos un futuro. Los otros, tienen que fabricárselo ellos solitos. Estos días muchos hablan de Barack Obama como un héroe. Yo preferiría que fuera un antihéroe, que no viniera con una historia ya fabricada, que tuviera que reinventarse su misión cada día. Porque la vida está llena de gilipollas con nombres de héroes y los cementerios están repletos de superhéroes. Y si no que se lo pregunten a Superman , que murió en una pelea, a Flash , que falleció al intentar escapar de un villano, a Linterna Verde , que perdió la vida al luchar contra una rara criatura, al Capitán América , que fue tiroteado, o a Batman , se quedó paralítico por una trifulca. Y todos se creían invencibles.