La Lotería de Navidad llega, como cada año, acompañada de supersticiones entre sus jugadores. La mayoría de los españoles confiesan haber tenido, en algún momento, alguna manía al comprar y jugar a la Lotería de Navidad 2017. Cuando se acerca la fecha del sorteo, cualquier creencia o superstición es buena con la ilusión de atraer la suerte para poder pillar un pellizquito de cualquiera de los 17 premios mayores que se sortean en la extracción.

Algunos sostienen que no es bueno regalar lotería 'porque entonces no toca'. Según una encuesta de Ventura24.es, el 40,2% de los jugadores creen que "da mala suerte" que se regalen los décimos y prefieren comprarlos o pagar aquellos que les ofrecen para que no sean regalados. Sin embargo, se trata de una tendencia en declive, ya que cada vez se impone más la tradición de intercambiar lotería entre familiares y amigos o compañeros de trabajo, algo que es considerado por muchos como "símbolo de amor y esperanza".

¿QUÉ NUMERO?

Otros jugadores se mantienen siempre fieles al mismo número ante la esperanza de que tocará en algún momento de sus vidas. También están los maniáticos de las cifras. Entre ellos se encuentran las personas que buscan ese número que han visto en sus sueños, esa fecha señalada de sus vidas (nacimientos, aniversarios, bodas, recuerdos...), o, simplemente, cualquier combinación de números con la que tengan un presentimiento.

A otro nivel se encuentran ya los puntillosos del número en sí, aquellos que evitan comprar los llamados números 'feos' que nadie quiere, como los que contienen algún 13, números bajos por debajo del 00100 o que contengan ceros a la izquierda; números capicúa o con cifras repetidas; y aquellos que se decantan por comprar números agraciados en sorteos anteriores por si se repite la suerte o los adictos a los 'números bonitos' como el 7 (número de la suerte), el 15 (la niña bonita) o el 22 (los dos patitos).

EL LUGAR SÍ IMPORTA

Los más fieles jugadores de Lotería de Navidad suelen comprar sus décimos en administraciones que hayan sido premiadas en años anteriores "por si se repite la suerte" o en algunas de las más famosas como La Bruixa d'Or (Sort, Lleida), Doña Manolita (Madrid), Valdés (Barcelona), Ormaechea (Bilbao) y Sagasta (Sevilla), entre otras. Otros prefieren acudir a lugares que han sido víctimas de alguna catástrofe por si la fortuna les recompensa.

Los más maniáticos aseguran que hay que 'entrar con el pie derecho' en la administración lotera, y que da mala suerte decir las cifras o que el lotero nos lo enseñe, por lo que se suele dar bocabajo o con los números tapados. En aquellos momentos en que hay cola en las administraciones, colocarse a la izquierda en los días impares y a la derecha en los días pares también se considera que atrae la buena suerte.

COSTUMBRES Y AMULETOS

¿Alguna vez ha oído aquello de "no apoyes el bolso en el suelo, que se va el dinero"? Esconder monedas por los rincones de la casa porque 'dinero llama a dinero' o evitar acciones que puedan conllevar mala suerte, como pasar por debajo de una escalera, son solo algunas de las costumbres más frecuentes relativas a la fortuna. Es común entre algunos jugadores de lotería frotar el décimo por el vientre de una embarazada, la cabeza de un calvo o la chepa de un jorobado por aquello de que tienen formas circulares como los bombos del sorteo, o pasar el boleto por el lomo de un gato negro para llamar a la suerte. Incluso algunos realizan sofisticados rituales, como el de quemar con una vela naranja todos los billetes de lotería que se tengan de años anteriores mientras se pronuncia tres veces "que tus cenizas vengan a mí en forma de premio".

Las costumbres también van por barrios. En Galicia, tierra de meigas y conjuros, es frecuente colocar el décimo junto a una herradura. Si es de siete clavos, mejor; y si está orientada hacia arriba, entonces ya es perfecto. No olvidarse de tocarla el día del sorteo. En otras zonas de España, sobre todo en el sur, y entre la gente más devota, es usual colocar el décimo junto a alguna estampita o figura de virgen o santo.

Velas amarillas, una maceta con la planta del dinero, un alfiler en la chaqueta el día del sorteo, una llave de hierro antigua en el bolso, patas de conejo, elefantes con la trompa hacia arriba, tréboles de cuatro hojas... cualquier amuleto sirve a los jugadores para tratar de atraer a la diosa Fortuna en el sorteo de lotería más esperado del año.

Y los que no crean en supersticiones, siempre podrán acogerse a la estadística. La probabilidad de ser uno de los afortunados con el gordo de la Lotería de Navidad es de 1 entre 100.000, más beneficiosa que en otros sorteos.