EL TRIBUNAL Supremo avala la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero pide a los profesores que la impartan con objetividad y "un prudente distanciamiento". Además, permite a los padres impugnar los libros que consideren que atentan contra su moral, pero niega que se pueda alegar objeción de conciencia. Asimismo, impide inculcar opiniones sobre cuestiones morales controvertidas. M. B.