Madrid vive desde el 11-M en un permanente sobresalto que puede acabar lastrando su candidatura a los Juegos Olímpicos del 2012. El 15 de julio del año pasado el incendio en una subestación eléctrica situada cerca del Congreso tuvo en vilo a la ciudad. Cuatro meses después, el 18 de noviembre, un incidente similar dejó sin luz a

250.000 abonados.

Luego, volvió ETA. En el puente de la Constitución colocó cinco artefactos en las principales salidas. Una semana después, una falsa amenaza de bomba obligó a desalojar el Santiago Bernabéu. El lunes pasado, la banda terrorista hizo estallar un coche bomba junto a un recinto ferial.