El río Tajo es el más largo de la Península Ibérica. Desde Sierra de Albarracín (Teruel), donde nace, hasta desembocar en Lisboa recorre 1.120 kilómetros, primero por tierras aragonesas y castellanas, después en Extremadura, donde se embalsa en la presa de Valdecañas, más tarde en las de Torrejón y Alcántara, y finalmente en la de Cedillo, que ya entrega las aguas a Portugal. Puede decirse que en Extremadura, con más de 200 kilómetros de valle fluvial, el río desaparece como tal y pasa a ser una sucesión de embalses.

Se conoce por Tajo Internacional el tramo, de unos 50 kilómetros, que comparte una margen española, la izquierda, y otra portuguesa, la derecha. Este tramo se sitúa entre Alcántara y Cedillo (Extremadura), y más exactamente, entre las desembocaduras de dos de sus principales afluentes: Erjas y Sever, que también marcan de forma natural la frontera hispano-lusa. Los términos municipales afectados son, por la parte extremeña: Alcántara, Membrío, Carbajo, Santiago de Alcántara, Herrera de Alcántara y Cedillo; y por la lusitana: Rosmaninhal, Monforte da Beira, Malpica y Castelo Branco.

Casi todo el tramo internacional se encuentra embalsado por la presa de Cedillo, lo que no impide que el valle, bastante encajonado, exhiba una simpar belleza y represente un extraordinario interés ambiental, formando los típicos riberos del Tajo, junto con sus afluentes.

El sustrato geológico lo forman materiales silíceos, fundamentalmente pizarras, y en menor medida cuarcitas paleozoicas. Ambas caen a plomo en abruptas laderas hasta el lecho acuático, cubiertas por una densa vegetación que denota una acusada disimetría solana-umbría, por la orientación este-oeste del valle: la margen derecha presenta una orientación dominante sur (solana) y la izquierda una orientación norte (umbría). Así, en las solanas aparecen algunos elementos florísticos de tipo termófilo, como acebuches, coscojas, esparragueras blancas, jaras... Las umbrías, mucho más espesas y diversas, alojan alcornoques, encinas, piruétanos, quejigos, madroños, lentiscos, durillos, cornicabras..., apareciendo enebros en ciertas áreas rocosas, de extraordinaria importancia para la conservación y desarrollo de los suelos. En el mismo cauce o muy cercanos a él, surgen fresnos, acompañados de una orla forestal integrada por sauces, rosales silvestres, zarzas o tamujos.

La fauna de los riberos esconde secretos inimaginables, debido a su cierta inaccesibilidad y tranquilidad, por lo abrupto del terreno y a la protección que ofrecen la vegetación y los roquedos. Aquí encuentran refugio multitud de especies amenazadas o muy escasas como cigüeña negra, águila imperial ibérica, buitre negro, águila real, águila perdicera..., con presencia de águila pescadora, entre las aves. Los mamíferos más representativos son la nutria, tejón, meloncillo, jineta, gato montés, garduña..., con citas relativamente recientes de lobo ibérico (virtualmente extinguido como reproductor en la región) y lince ibérico (ya probablemente desaparecido del enclave).

La herpetofauna es igualmente interesante con presencia de especies no habituales en el contexto regional (rana patilarga, largarto verdinegro), lo mismo que la ictiofauna con especies endémicas o nativas: barbo comizo, colmilleja, boga, calandino, pardilla....

El paraje fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves en el 2000, bajo la denominación de Cedillo y Tajo Internacional . Al mismo tiempo, figura como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) para formar parte de la futura Red Natura 2000.

Existen en la zona dos centros de información-interpretación de la naturaleza en Cedillo y Santiago de Alcántara.

PROBLEMATICA AMBIENTAL

Los principales factores de degradación ambiental que aún operan en el Tajo Internacional son la caza furtiva, ejercida incluso desde embarcaciones a motor, y la navegación incontrolada, que a menudo molesta a las aves en su reproducción. Por otro lado, todavía persisten grandes plantaciones de eucaliptos y altos niveles de contaminación, por vertido, aguas arriba, de productos agroganaderos, urbanos e industriales, que causan la eutrofización del río. Los problemas se paliarían con la declaración del río Tajo como Parque Natural, algo que ya es en zona portuguesa.