El torero extremeño Alejandro Talavante resultó cogido, de pronóstico grave, en la lidia del sexto toro en la corrida celebrada ayer por la tarde en Palencia, donde fue operado en la misma plaza de toros y trasladado a un hospital.

Talavante presentaba "herida punzante en el tercio superior de la cara interna de la pierna derecha, con trayectoria ascendente que interesa el músculo gemelo interno, produciendo importantes destrozos musculares", según el parte médico, que explica: "bajo anestesia local y sedación intravenosa", la herida que sufrió el torero ha sido "explorada" en la enfermería de la plaza de toros y se le ha hecho "una limpieza quirúrgica".

Talavante fue posteriormente trasladado al Hospital Río Carrión de Palencia, para "su vigilancia y supervisión", concluye el parte médico.

El torero fue derribado por un toro de la ganadería de Garcigrande, al que cojeando le dio muerte de una estocada y le cortó las dos orejas, tras haber saludado en el primero después de un aviso.

Antes de la cogida, la faena del diestro pacense brilló por su quietud, verticalidad y temple en el primero de su lote, pero el mal uso de los aceros emborronó una labor importante.

En el último, con el delirio en los tendidos, Talavante realizó una valentísima y emotiva faena que remató tras la cogida.

Por su parte, El Juli consiguió meter en la muleta al primero de la tarde, un toro que buscaba con insistencia las tablas. Tuvo mucho mérito la faena del diestro madrileño, aunque faltó la emoción por la sosería y blandura del animal.

En su segundo, culminó una sensacional actuación, con una faena en la que exhibió su amplio repertorio y su poderío.

Manzanares en el primero de su lote consiguió algunos muletazos con la diestra de bella factura.

Julián López y Manzanares, que habían cortado tres y dos orejas, respectivamente, rehusaron salir a hombros y se dirigieron a la enfermería a ver a su compañero herido.