Fernando Adalid, el taxista acusado de estrangular en enero del 2003 a su novia, la médica Gloria Sanz, dijo ayer durante la vista oral que se celebra en Tarragona que no era consciente de lo que había hecho y que su estado se prolongó durante los 23 días que tardó en confesar.

Admitió que la asfixió en la habitación de ésta después de una violenta discusión, pero no supo explicar cómo arrastró el cuerpo hasta su taxi, y lo abandonó en un bosque.