Rodeado por 650 personas que no perdían detalle del despiezado, el médico alemán Gunther von Hagens realizó ayer en una galería de arte de Londres una autopsia pública, la primera en los últimos 170 años llevada a cabo en el Reino Unido con audiencia de pago. Fue también la primera autopsia transmitida en diferido por un canal de la televisión británica, el Channel 4.

Von Hagens, al que algunos comparan con el médico nazi Joseph Mengele y otros con el profesor Frankenstein, ha hecho una fortuna desarrollando una técnica para plastificar cuerpos humanos, que luego exhibe por el mundo. Ayer se marcó otro golpe publicitario. Los presentes pagaron 18 euros por la entrada, que les permitía presenciar la autopsia de un alemán de 72 años donado a Von Hagens por sus parientes (presentes allí).

Directamente, junto a la mesa de disección y a través de unas pantallas gigantes instaladas en la galería Atlantis, los curiosos siguieron con todo detalle el descuartizamiento del cuerpo y la extracción de órganos --que circularon en bandejas entre las filas de asientos--, durante las dos horas que duró la operación. La policía no impidió la autopsia a pesar de que ni Von Hagens ni el local donde se realizaba tenían permiso para hacerlo.

El médico decidió seguir adelante no obstante haber sido advertido en una carta del doctor Jeremy Metters, Inspector de Anatomía de Su Majestad, de la ilegalidad de sus intenciones. Un portavoz de Scotland Yard también había hecho saber, horas antes del show, que los oficiales de policía estarían presentes, y en caso de sucederse actividades delictivas actuarían de manera apropiada.