El tema de todos los autores y artistas actuales es el Holocausto aunque no lo traten explícitamente, sugirió ayer el premio Nobel de Literatura 2002, Imre Kertész, en el tradicional discurso de aceptación en la Academia Sueca.

"Suele decirse sobre mí que soy un escritor del Holocausto. No tengo nada en contra. ¿Por qué iba a negarme a ocupar ese lugar que se me reserva en los anaqueles de las bibliotecas? ¿Qué escritor no es hoy un escritor del Holocausto?", dijo.

TONO DESGARRADO

El literato húngaro respondió a esa pregunta argumentando que no se necesita elegir directamente el Holocausto como tema para que esté presente el "tono desgarrado que desde hace décadas domina el arte moderno en Europa".

"No conozco ningún arte realmente bueno y auténtico en el que no perciba una quiebra semejante, como si mirara hacia una noche reventada por pesadillas y se andara sin rumbo en el mundo", explicó.

Añadió que nunca había entendido el Holocausto como "un problema insuperable entre judíos y alemanes", sino que había reconocido en él "la situación del hombre, la estación final a la que el hombre europeo había llegado tras dos mil años de cultura moral y ética". "Nos queda reflexionar cómo salimos de aquí. El problema de Auschwitz es qué ocurrió, y es algo que no podemos cambiar", sostuvo.