Ni se produjo la temida concentración racista, ni hubo lucha alguna entre bandas urbanas. La población madrileña de Alcorcón fue ayer tan sólo el escenario del enfrentamiento de un centenar de jóvenes con la policía, a la que intentaron provocar con el lanzamiento de piedras y el vuelco de un par de contenedores.

Tan poco agresiva era la conducta de los chavales que los agentes ni siquiera respondieron. Se limitaron a avanzar con los escudos protectores y los cascos antidisturbios puestos. Con esto bastaba para que los chavales, en su mayoría quinceañeros, echaran a correr.

La jornada de ayer había sido escogida por grupos neonazis y racistas para convocar la caza al latino.

DEFENDER SU TERRITORIO Se trataba de vengar los hechos de la pasada semana en los que supuestas bandas de sudamericanos habían acuchillado a jóvenes de Alcorcón.

La policía temía también que estos grupos latinos se presentaran para defender su territorio. Pero ni unos ni otros se asomaron por Alcorcón.

La policía lo atribuyó a su fuerte despliegue. Más de 300 antidisturbios controlaron los accesos a la ciudad y blindaron el epicentro del conflicto.

Los jóvenes que participaron en la algarada lo atribuyeron al miedo. "No se han atrevido, sabían que les esperábamos". De los latinos, nadie en realidad les esperaba. No se vio una tez morena en toda la tarde.

CAPUCHA O BUFANDA ¿Quiénes eran los chicos que se pasaron varias horas jugando al gato y al ratón con la policía.

"Somos peña de Alcorcón que estamos hartos de que nos llamen racistas y de que digan que esto esta lleno de bandas. Hemos organizado una protesta pacífica, pero la policía la ha suspendido", explicaba uno de ellos, que ni siquiera llevaba capucha o bufanda.

La algarada se originó, efectivamente, poco después que la policía ordenara disolver una concentración no autorizada que había sido convocada por la denominada Asamblea por la Convivencia Pacífica y Contra el Racismo.

Los manifestantes, apenas 50, se trasladaron a un parque vecino y allí intentaron provocar a la policía para que les persiguiera.

Un joven al que un agente le intentó quitar un cartel se lanzó al suelo como le hubieran dado un golpe en frente y allí empezaron las carreras.

Luego el joven se levantó en perfectas condiciones y se hizo con el móvil un autorretrato del rasguño que quizás llevaba en la nariz.

INSULTOS A PERIODISTAS Los chavales también lanzaron gritos contra los medios de comunicación --"manipulación" era el insulto preferido--, a quienes acusan de inventarse el supuesto racismo de Alcorcón. No les arrojaron, sin embargo, piedras, como alguna agencia divulgó. Alguna de estas voló cerca de los periodistas porque muchos de estos se refugiaron tras los antidisturbios.