La lluvia y la nieve de los últimos días dieron paso ayer a un temporal de viento que, con rachas superiores a los 100 kilómetros por hora, ha causado heridos, aunque de carácter leve, y numerosos daños materiales en diferentes lugares de la Península y Baleares.

Por la mañana, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activaba la alerta naranja (riesgo importante) en veinte provincias de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Levante, el País Vasco, Asturias y Murcia, azotadas durante la jornada por un viento que en la costa sopló aún con mayor virulencia.

Para hoy, la Aemet pronostica que 21 provincias seguirán en alerta, la mayor parte de ellas a causa del viento, sobre todo en el este peninsular, Aragón y Galicia. El riesgo es especialmente importante en el área mediterránea.

El temporal se hizo ya presente de madrugada en Galicia, con rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora en la costa y en zonas del interior y que dejaron tras de sí árboles, postes de teléfono y luz caídos, y tres heridos leves, dos en Lugo y uno en Pontevedra.

El subdirector general de Planificación y Protección Civil de la Xunta, Roberto Suárez, explicó que se trató de un "fenómeno no previsto", del que los servicios meteorológicos no tenían constancia. A las 9.30 horas de la mañana, el viento dejó sin luz a unos 90.000 abonados de Unión Fenosa. Sobre las 3.00 de la madrugada, eran más de 200.000 los hogares sin electricidad, según fuentes de la compañía suministradora.

Más de 150 árboles caídos fueron contabilizados por el Ayuntamiento de Pontevedra, cuya policía local y los bomberos llevaron a cabo más de cien actuaciones durante la noche. El viento, entre otros daños, voló la cubierta de un pabellón deportivo.

También hubo caída de árboles, derrumbes parciales de techos, cortes de carretera y la amenaza de desbordamiento de algunos ríos lucenses.

También el País Vasco sufrió la violencia del viento. En San Sebastián, tres personas resultaron heridas en incidentes provocados por el temporal, que afectó también al transporte aéreo, ferroviario y por carretera.

Los fuertes vientos que soplaron en la Comunidad Valenciana causaron al menos diez heridos de diversa consideración y que 23.000 alumnos se quedaran sin clase.

El viento sopló también con violencia en Castilla y León, provocando numerosos daños materiales pero no personales. Y en Andalucía obligó al amarre, por tercer día consecutivo.