La mayoría de la opinión pública española acepta a los inmigrantes y apoya su integración pero casi un tercio de los españoles tiene opiniones intolerantes, incluso xenófobas, según un estudio de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (CECA) y de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS). El estudio "Inmigrantes, nuevos ciudadanos. ¿Hacia una España intercultural?", advierte de que las opiniones intolerantes se han disparado en los últimos ocho años (hasta superar el 30 por ciento, frente al diez por ciento registrado en el año 2000).

El libro divide la opinión de los españoles en cuatro tipos: los que mantienen un discurso xenófobo; los que defienden la preferencia nacional sobre los inmigrantes (inserción subalterna); los que prefieren la igualdad entre españoles y extranjeros (integración formal) y los que piensan que hay que favorecer a los inmigrantes (ciudadanía instituyente). Actualmente, las posiciones predominantes entre los españoles son todavía las más moderadas (inserción subalterna e integración formal) pero en el futuro, advierte el informe, es difícil saber hacia dónde irá la opinión pública española.

En la presentación del libro, sus autores, los sociólogos Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada, advirtieron de que la opinión de los españoles podría radicalizarse en los próximos años, sobre todo, "si desde los medios de comunicación se siguen difundiendo estereotipos como que la inmigración va ligada a la delincuencia o que este colectivo genera un enorme gasto social". El libro recuerda que en los últimos diez años, la población española ha pasado de 39,8 millones de personas a 45,4 millones (el diez por ciento inmigrantes).

Además, precisa que entre el 2002 y el 2006, el número de delitos cometidos en España se redujo el 22 por ciento, mientras que en ese mismo periodo, la población inmigrante creció el 85 por ciento, lo que demuestra que "a más inmigración, no hay más delitos". En cuanto a la aportación económica de los inmigrantes, el libro recuerda que sólo en 2005, este colectivo generó la mitad de todo el superávit del Estado y que, cada año, los ingresos que generan los inmigrantes para la economía española son el 20 por ciento mayores que los gastos que comportan.