Cerca de una docena de países asiáticos afrontaban ayer serias molestias en sus comunicaciones con el resto del mundo como consecuencias del fuerte terremoto que el martes sacudió el sureste de Taiwán, que causó dos muertos. Millones dde usuarios de telefonía fija e internet se han visto afectados, así como las redes de transmisión de datos de numerosos bancos y las operaciones bursátiles en ciudades como Seúl. La más perjudicada ha sido sin duda China, que se encontraba prácticamente aislada del resto del mundo.

El seísmo y sus réplicas cortaron los cables de transmisión de datos en el estrecho de Taiwán que sirven a decenas de compañías de telecomunicaciones asiáticas para transmitir información. Y el daño no se podrá arreglar ni hoy ni mañana: los servicios técnicos de la mayoría de las empresas han informado de que tardarán dos o tres semanas en volver a la normalidad. Los más de 1.300 millones de ciudadanos chinos se encuentran incomunicados. El gerente de Chunghwa Telecom, Lin Jen-hung, dijo que "los cables dañados se encuentran a bastante profundidad".