Gemma Delicado, profesora de filología inglesa de la Universidad de Extremadura, encontró un "pequeño tesoro" durante su estancia en Estados Unidos. Halló archivos inéditos, entre ellos cartas personales, sobre el literato granadino Fernando Ayala. "Uno de los mejores escritores vivos del siglo XX", destaca Delicado. Después los desempolvó, "algunos estaban muy sucios", los recuperó y digitalizó y ahora forman una interesante colección que pronto verá la luz en formato libro y documental.

Estos trabajos, que venía desarrollando desde el 2002 en la Universidad de Chicago, donde Ayala fue docente durante su exilio a América en la dictadura franquista, han sido ahora reconocidos por el Ministerio de Cultura y la Fundación Francisco Ayala. La joven profesora emeritense de 33 años, junto a su compañera Tánit Fernández, de Barcelona, que se unió después, ha obtenido una beca internacional por su proyecto de investigación sobre la obra literaria y ensayística del granadino, que le permitirá indagar más sobre el autor y dar a conocer los resultados de los años de investigación de una etapa que enriqueció la obra del escritor e impulsó la literatura hispana en América.

De esta forma, explica la profesora de la Facultad de Formación del Profesorado de Cáceres, el escritor objeto del estudio participó en destacados congresos, escribió numerosos libros sobre lengua castellana para las bibliotecas estadounidenses y formó a catedráticos importantes en la Universidad de Chicago del año 1966 al 1974, que ahora son los encargados de difundir estos conocimientos a otras generaciones de alumnos. "De Ayala se ha hablado mucho, es uno de los escritores más estudiados, pero de su etapa de exilio, muy poco, y darle luz en mi tierra es un auténtico privilegio", asegura la joven profesora. "Un sueño cumplido" después de cinco años de recopilación y estudio, que compaginó con estudios de literatura inglesa y norteamericana, un máster y el doctorado, cuya tesis, curiosamente, no versaba sobre Francisco Ayala.

Recuerda Delicado que lo que más le impactó del escritor es ese lado desconocido, olvidado en EEUU, su faceta personal, eclipsada por su humildad, y una forma de escribir que no se ha vuelto a repetir. "En El Tajo y La cabeza del cordero , dos cuentos que Ayala escribió en la guerra civil, los personajes son neutrales, no hay buenos ni malos, sin bandos, ahí se aprecia la calidad humana del escritor independientemente del valor de las ideas. El profundizó más allá". Esta fue una de las razones por las que Delicado se enganchó al escritor.

La Biblioteca Nacional rindió homenaje al conocido literato en marzo en su 103 cumpleaños y Delicado no quiso pasar la oportunidad de conocerle. "El resta importancia a su vida, llena de pequeños tesoros para un filólogo, como los archivos de Chicago".