El asesino de Olot, Pere Puig, disparó con "precisión y mucha tranquilidad" a sus víctimas. Así lo han relatado los testigos, según ha explicado el abogado defensor de la família Tubert, Carles Monguilod. Según estas declaraciones, la acción de Puig fue "premeditada y a sange fría, sabiendo a quién quería matar y quién no".

Uno de los testimonios más significativos ha sido el del hombre que estaba en medio del propietario de construcciones Tubert y su hijo, cuando se produjo el asesinato. Para este testigo "Puig sabía a quién tenía que disparar".

Otro testigo, Diego Alba, ha explicado que estaba en el bar cuando ocurrieron los hechos y que cuando oyó el primer disparo pensó que "era una broma". Después, con el segundo tiro, vio incluso como saltaba el casquillo de la escopeta de Puig.

"Cuando vi lo que hacía le grité: ¿qué coño haces? Y salí detrás de él. Cuando me vio, me apuntó con la escopeta y yo me tiré al suelo porque tuve miedo que de que me disparada", ha relatado Alba.

POR RAZONES ECONÓMICAS

Por su parte, la abogada de Pere Puig, Nùria Masó, ha insistido en que las declaraciones de este miércoles no contradicen en nada a su cliente, ya que "siempre ha tenido una actitud muy sincera".

Tanto defensa como acusación particular han reconocido que las declaraciones no aportan nada nuevo, ya que muchos han ratificado lo que en su momento ya declararon ante los Mossos d'Esquadra.

Masó ha asegurado que hay unos documentos, propiedad de los Tubert, que podrían confirmar que el móvil de los crímenes fue económico.

Este miércoles han declarado un total de once testigos. Todo ellos presenciaron los dos primeros asesinatos de Puig, los del padre y el hijo de la constructora Tubert.