Testigos presenciales del accidente aseguraron haber escuchado una explosión antes de que el aparato cayera en picado y se estrellara contra el suelo. En este sentido, la Policía Judicial estudiaba el motor de la avioneta para investigar si estalló en el aire o una vez que se produjo la colisión con el suelo, según informaron ayer a Efe fuentes cercanas a la investigación. La avioneta, un monomotor de cuatro plazas de color verde, quedó totalmente reducida a un amasijo de chatarra.

Luis Munar, abogado del Real Club de Málaga, aseguró que el avión siniestrado pertenecía a la escuela Aerotec, una escuela de pilotos ubicada en Málaga, aunque también hacía prácticas en la zona donde se produjo el accidente, y que cayó por causas que se desconocen.

Igualmente, confirmó que no existió ninguna comunicación con la avioneta antes del accidente, ya que el aeropuerto de donde despegó es "sin control", ya que lo hacen "las aeronaves entre ellas".

De la instrucción de las diligencias se encarga el Cuerpo Nacional de Policía. Además de la causa judicial abierta para esclarecer los motivos del siniestro, la Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, ha emprendido una investigación como es preceptivo.

El pasado 11 de julio otra avioneta se estrelló en Vélez-Málaga al tener un fallo en el motor, aunque el conductor resultó ileso después de realizar un aterrizaje de emergencia.