TNto somos nadie. Me mostré totalmente de acuerdo con mi compañero Lucio Poves, pero sin comprender a qué se refería. No somos nadie y deberías escribir sobre eso. Lo miré en busca de más información. Un volcán entra en erupción y paraliza al mundo.

Si, tenía razón. La tierra rugió y los aeropuertos se paralizaron, los trenes se llenaron, flotas de autobuses se lanzaron a las carreteras, los hoteles colgaron el cartel de completo y cientos de personas en los cinco continentes quedaron atrapados en un mundo de nadie, entre el origen y el destino. Algo sin precedentes y que puede volver a ocurrir porque hay otro volcán, dicen que más grande, que parece querer despertarse.

Tienes razón Lucio. No somos nadie. Tenemos la prepotencia del homo sapiens avanzado, tecnificado, más predador que nunca, dominador y sofisticado. Creemos que controlamos nuestras vidas, nuestro entorno, el plantea en que vivimos, pero son meras ilusiones dictadas por la soberbia. El corazón de la tierra suspira y en la espiración su aliento nos lanza nubes de ceniza que terminan con nuestros bien diseñados planes. Se acaban las reuniones de urgencia, tienen que esperar los negocios, los reencuentros, las vueltas a casa o los viajes largamente acariciados. Todo queda en suspenso o definitivamente cancelado. Las pérdidas económicas alcanzan cifras con varios ceros. Y todo porque la tierra suspiró o emitió un quejido ante lo que estamos tan indefensos como nuestros ancestros de las cuevas.

Ahora es un volcán, poco antes fueron varios terremotos que llevaron la desolación a distintos puntos del globo. Es el planeta al que creemos dominar y que, para demostrarnos su infinita fuerza, se mueve, eructa o suspira. Luego, será otra vez el mar él que se nos venga encima, o un río desbordado, un huracán... Tienes razón Lucio. La madre Tierra manda.