TDtespués de las tinieblas espero la luz. Esta frase ha servido para reconocer una Edición Príncipe del Quijote que dormía una modorra de siglos. Me gusta la frase. Denota una confianza irónica arrojada contra quienes le amargaron la vida. Lástima que la luz le llegara cuando ya tenía los ojos comidos por los gusanos de doscientos años de olvido. Conozco a pocos que en medio de las tinieblas sean capaces de intuir la luz. Tal y como están las cosas, ya es mucho si cuando ves la luz entre las tinieblas no es una embajada ardiendo.

Yo no sé si la época actual es de sombra o de luz, pero presiento que siempre vivimos la misma época, varados en nuestra condición de seres con el norte perdido. La mitad del mundo se escandaliza de las caricaturas que de ellos hace el otro mundo. Con lo fácil que sería entenderse si nos enseñaran que ningún Dios nos hizo como calco de su imagen, sino como caricatura de sí mismo. Debería bastar con mirarse al espejo. Pero algo debe haber en todo este asunto de fomentar las tinieblas que les trae cuenta a unos y a otros. Se dice que hubo un tirano en Libia llamado Psafón que enseñó a los loros a decir "Psafón es un gran Dios". Luego, los soltó por la selva. Cuando los nativos escucharon el prodigio les entró el miedo en el cuerpo y lo adoraron como a un Dios. Ahí tiene usted la palabra clave: el miedo. Los científicos que días atrás llegaron a la isla de Nueva Guinea sabían que aquellas eran tierras vírgenes porque los animales no conocían el miedo al hombre. Ya lo irán conociendo. Nos convertirán en sus dioses. Y aprenderán lo que son las tinieblas. florianrecioyahoo.es